¿Tú estás con México o estás contra México?
México: Pobreza e inseguridad talón de Aquiles
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba;
la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
Eduardo Galeano |
Luis Fernando Hernández González.
53 millones de pobres y más de 100 mil entre muertos y desaparecidos, no son suficientes para poder hacer reaccionar a la política y a los políticos, al ser este un pendiente que el México del porvenir está obligado a atender e incluir, debemos como sociedad considerar a ese gran número de mexicanos que permanecen en el rezago y en la pobreza, necesario para generar con ello, un desarrollo social que permita el avance, sobre lineamiento en que se les dé certeza, consolidando y reafirmando al conjunto de la nación como un pueblo que avanza, es por consecuencia la limitación en las condiciones en que se encuentran estos sectores sociales los que condicionan y separan, el ritmo y velocidad sobre el cual camina México, situación que obliga necesariamente a prestar toda la atención en estos tiempos al país, al ser estas condiciones, los sitios donde se enraízan otras difíciles incidencias , de ahí por qué, los gobiernos de distinta ideología y proyecto político, en sus distintos niveles de autoridad sea federal, estatal o municipal a lo largo y ancho de país, deben de asumir su responsabilidad de atacar frontalmente la necesidad apremiante y por consecuencia a la pobreza.
Es fundamental entonces que mediante distintas estrategias, acciones, operaciones y programas, se dé total atención a la pobreza en cualquiera de sus manifestaciones, sea esta en el ingreso económico personal y familiar, en los aspectos de salud, educativo, seguridad, de condiciones de vivienda o alimentario, en donde los números estadísticos nacionales, estatales y municipales, se manifiestan en sectores como un lastre que debe de ser vencido dentro de una sociedad que aspira a caminar hacia un progreso de certidumbre, confianza y seguridad.
El otro aspecto fundamental que gravita sobre nuestro país, es el de la inseguridad, en donde como usted bien lo sabe, la criminalidad tiene a la sociedad en estado permanente de zozobra, como ejemplo práctico lo tenemos en la desaparición y muerte de normalistas en el estado de Guerrero, situación que aprovechan para lucrar partidos políticos, diputados federales, senadores, a los que se unen con provocadores del alboroto y del chantaje al pretender excitar un amplio debate de índole político con desestabilización social, que les favorezca en sus intenciones protagónicas a futuro, bajo este método de descalificación vulnerar al estado y gobierno en su autoridad, al provocar una inquina (odio y repudio) social de descrédito y reproche popular en la autoridad constituida, producto de la inseguridad prevaleciente en aquella sureña entidad.
Manifestaciones van y manifestaciones vienen, los padres lo mismo lo hacen en Ayotzinapan, que en Iguala, en el estado de Guerrero y en el Distrito Federal, también en muy diversas ciudades de México y del mundo entero, las indagatorias no fijan claras responsabilidades que ubiquen a los responsables directos que lleve al esclarecimiento de tan lamentable suceso.
Esta situación se torna día con día más tensa, surgiendo versiones y sospechas que en lugar de dar claridad a las indagatorias, solo las enturbian para encontrar a estos jóvenes desaparecidos, que tienen en vilo no solo a sus familias, sino a la sociedad entera del país, en donde el viernes pasado bajo la expresión de tres malhechores criminales, ellos hablan de homicidios, incineraciones y lanzados los restos de las personas como cenizas en bolsas al río San Juan en Cocula, a 22 Km. de Iguala, Guerrero.
Los jóvenes son entonces una bandera al desahogo y a la frustración de políticos, que declaran y hacen inculpaciones desbocadas, a todo el sector público no solo de aquella entidad, sino de México entero. Tema de plataforma preferida, hoy en día de los políticos profesionales del desorden y la anarquía, atribuyéndole al propio presidente Peña Nieto, esta serie de descomposiciones y desajustes de inseguridad, por el solo hecho de ser la autoridad superior de la nación, tal como lo hace el señor Andrés Manuel López Obrador, que un día pide la renuncia del presidente de la república y otro busca impedirle su salida del país, para realizar algunas promociones de inversión que el mismo país necesita, para respuesta de un mayor trabajo y empleo, para aquellos sectores sociales y segmentos que lo requieren, con el fin de lograr mejores tasas de crecimiento en nuestra economía que se encuentra virtualmente estancada.
Es entonces la realidad de pobreza de 53 millones de mexicanos y 100 mil entre muertos y desaparecidos por la inseguridad, en donde se finca el talón de Aquiles de nuestro país, el ser este el primer reglón que debería de estar en la agenda nacional para la superación de los problemas como pueblo mexicano, el deber base de los partidos políticos y los mismos políticos de cada uno de ellos con sus tonos y matices, los que deberían de estar convocando para buscar las respuestas requeridas de todo un pueblo. |